11/03/2017

Hoy el reto del Amor es presentarle al Señor aquella situación que te hace sentir pobre o indefenso

FUEGO DE DIOS

El miércoles nos tocó día de cocina. Al tener que preparar leche y café en grandes cantidades, lo que hacemos es calentarlos en una cazuela cada uno. Así, nada más terminar la Eucaristía y de rezar Tercia, salimos corriendo a encender los fuegos (porque nuestra cocina es de gas) para que en 15 minutos esté todo caliente.

Ese día me tocaba a mí encender los fuegos. Así que fui a ello y, como tenía que esperar a que se fuera calentando todo, preparé una cafetera más, la puse sobre otro fuego y lo encendí.

Al instante me di cuenta de que aquella cocina es como el Amor del Señor. Que encender un fuego más no menoscaba ni quita calor a otro, sino que cada uno tiene su medida y su calor respectivo. Su Amor no se reparte, sino que es único y total para todo el que se deja amar por Él. Y, ¡qué pasada!, pues así es el Amor cuando amamos desde Él.

Tú y yo somos transmisores del calor que da el Amor del Señor, pero, para ello, primero tiene que recorrer todos los rincones de tu vida, tiene que atravesar tus tuberías de lado a lado para que pueda salir hacia los demás.

Muchas veces uno piensa que es más importante lo que haga por los demás, lo que consiga entregarse... pero para el Señor lo realmente importante eres tú, es tu corazón, porque su deseo es llenarte a ti primero, pues, si no, todo tu esfuerzo te serviría de muy poco, y acabarías por rendirte. Si tu interés es dejarte llenar por Él, no te preocupes, que ya Él se encargará de ponerte personas a quien amar, obras a las que entregarte y circunstancias en las que confiar.

Hoy el reto del Amor es presentarle al Señor aquella situación que te hace sentir pobre o indefenso, pues ésa es la puerta por donde entra el "Gas" de tu cocina, para que puedas ser fuego de Dios.


VIVE DE CRISTO

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